El 16 de noviembre se llevó a cabo en la librería Lerner el lanzamiento del libro la Vuelta al mundo en cuatro animales en compañía de Alexander Rodríguez, el autor de todos los origamis del libro y de la poeta Ana Mercedes Vivas realizamos un bello taller de lectura de cuento y origami.
Algunos apartes de la presentación de Ana Mercedes Vivas sobre mi obra:
“Cuando Liliana Arias me habló de este su segundo libro de cuentos para niños, me imaginé una aventura breve, hermosa como todas las palabras que han salido siempre de ella, tanto como escritora como en su quehacer como comunicadora social. Lo que no esperaba es que esta Vuelta al Mundo en Cuatro Animales me trajera a la memoria los textos de autores que como Selma Lagerlof o Hans Christian Andersen, marcaron mi infancia.
Y permítanme decirles por qué: podría definir que estos íconos de la literatura mundial para niños tienen una característica común y es la del respeto infinito por sus pequeños lectores. Historias complejas como La Sirenita, de Andersen; o como El Viaje de Nils Jolgersson, de Lagerlof, que no ahorran recursos en su trama ni en su descripción, sumergiendo a su pequeña audiencia en magia de la exploración, la poesía del paisaje y los viajes. Pues bien, esta es la primera característica de la literatura de Liliana Arias, el reconocimiento de la inteligencia de su audiencia y su impresionante trabajo para responder a ella.
Pero sigamos con otras de las características de Este Viaje al Mundo en Cuatro Animales. Si bien es el resultado de la inspiración que encuentra la autora en lo que la rodea y en sus más íntimas y personales reflexiones sobre la libertad, la maternidad y el fluir de la vida, es también y, ante todo, un trabajo literario donde la herramienta de la palabra ha sido perfectamente pensada, donde el ejercicio de la consulta y la observación, ha producido sus frutos de manera sistemática y pertinente en la creación de cada historia.
La tercera y crucial condición es la creación de sus personajes. Desde Magnetita, hasta Ada, pasando por el camello Kubra y la ballena Oceáno, todos y cada uno cumplen un rol fundamental en la narración de las historias. Y todos y cada uno están perfectamente definidos y actúan dándole consistencia a la narración.
Pero donde hay un verdadero clímax literario (y ustedes dirán que exagero, pero cuando tengan el libro en sus manos se darán cuenta de que no) es en la poética de las historias. Y aunque he querido en este texto no adelantarles demasiado sobre cada uno de los viajes, quiero consignar aquí algo que me emocionó profundamente en el Viaje de Océano y Yubarta, las ballenas migrantes: aquello de que “toda ballena le regala a sus hijos una canción que los acompaña de por vida.” Y Liliana se atreve a explorar esa canción. Sale a flote la poeta que es:
“El mar es el espejo del cielo
Lo habitan estrellas de cinco patas
Y erizos puntudos que parecen luceros.
Como destellos lo alumbran morenas, medusas y pulpos.
Lo galopan caballitos, lo surcan corales
Y en su firmamento cardúmenes de peces
Semejan miles de soles, de galaxias y de planetas sin igual”.
Y su instinto maternal la convoca a decir:
“Deja espacio para vivir
No te llenes demasiado
No intentes abarcarlo todo
Sé un cuenco de agua donde el amor se vierte y reposa
Sé el recipiente de la alegría, de la música y el canto,
Detente y vive despacio
Ese es el deleite, no dejes de buscar siempre un poco más.”
Finalmente, no puedo dejar por fuera lo que es el tema transversal de esta literatura: las migraciones. El mundo hoy ese un mapa continuo de cansados caminantes. Desde Siria hasta Suramérica; desde las balsas que llegan de África por el Mediterráneo buscando la esperanza en las orillas de Europa o los millones de venezolanos que ahora ruedan sus maletas por nuestras carreteras, todos de alguna manera somos aves, ballenas o mariposas que migran. Pero a diferencia de los animales que con mayor o menor suerte encuentran por lo general su destino en las aguas o en los árboles, nosotros, los seres humanos, parecemos destinados a no hallar sino fronteras, pasaportes sin visas, ausencia de oportunidades, estigmatización y desamparo. Cuánto quisiéramos tener pájaros que nos guíen, cantos que lleven bajo las aguas las rutas correctas para encontrar solaz y alimento o las corrientes de aire que permitan abrazarnos a troncos firmes en bosques que se iluminen con los colores de nuestras alas. Así en esta literatura de Liliana, quisiéramos ser una especie animal migrante para encontrar acogidas generosas y mapas orientadores.
Bienvenidos al viaje de Liliana Arias, a la literatura de la escritora que de niña amó los libros y la poesía y a quien el gusto por la escritura, la llevó a estudiar comunicación social en la Universidad de la Sabana. La periodista que se ha especializado en temas sociales y ambientales, lugar desde donde también ha logrado el conocimiento que le permite documentar sus aventuras y transformarlas en deleite para la imaginación de sus lectores